Distribuidores, Opinión

Cosméticos y Rituales de Aplicación . . . Servicios y Depurada Técnica Personalizada

¿QUIEN DEBE SER QUIEN EN IMPORTANCIA?

¿ESTÁ CADA UNO EN EL SITIO QUE CORRESPONDE?

¿CÓMO ACTUAN LAS FIRMAS COMERCIALES?

¿CÓMO ACTUAMOS LOS PROFESIONALES?

Con la mejor intención y animosidad constructiva formulamos las anteriores consideraciones y nos preguntamos,

¿Qué impresión reciben nuestros clientes cuando nos visitan?

¿Creen de verdad que nuestra técnica es superior a la calidad de los productos que utilizamos?

¿Hasta qué punto influimos en esta consideración?

Repasemos brevemente las siguientes líneas y observaremos los enormes intereses comerciales que motivan esta competencia, que se ha ido acrecentando en los últimos años.

La evolución experimentada en estos años en el creciente deseo de CONSUMO de nuestra sociedad esta transformando totalmente los hábitos o costumbres.

La intensa INFORMACIÓN que recibimos a través de los diferentes medios publicitarios motivan en nosotros una imperiosoa necesidad de ESTAR A LA ÚLTIMA, DISPONER DE LO ÚLTIMO, de lo MÄS NUEVO, de todo lo DIFERENTE.

¿Dónde terminaremos?

¿Es necesaria tanta NOVEDAD?

¿Quién dice la verdad en todo lo que anuncia?

Todo este entramado INFORMATIVO y PUBLICISTA está afectando notablemente la valoración de los servicios, tanto en PELUQUERÍA como en ESTÉTICA, y en especial los pequeños y medianos salones, cuyos clientes distancian las frecuencias de sus servicios.

Las grandes firmas comerciales, muchas de ellas PODEROSÍSIMAS MULTINACIONALES, con gran ingenio e ingentes medios económicos, perfectamente organizados y a través de cuantos medios publicitarios consideren oportunos fomentan el masivo consumo de cosméticos en el PROPIO HOGAR.

Esta PUBLICIDAD MOTIVADORA, de situaciones y logros idílicos, placeres paradisíacos, felicidad infinita, etc, etc, etc se nos ofrecen fácilmente alcanzables, sin mayor esfuerzo que el de aplicarse tal o cual COSMÉTICO, eso sí, en abundante y generosa cantidad.

¡¡ QUÉ BIEN LO PRESENTAN !! Belleza, juventud, bienestar, triunfo, amor, conquistas. Todo ello al instante. Sencilla aplicación y carencia total de técnica, el producto anunciado sin más consigue el MILAGRO DESEADO.

Es comprensible y normal que los anunciantes utilicen unos mensajes atractivos y cautivadores. Disponen de medios, buscan especialistas capacitados para conseguir sus logros económicos y alcanzar los objetivos previstos.

Los muchos millones que nuestra sociedad destina para cuidar y embellecer nuestro cuerpo suponen un suculento banquete económico disputado vorazmente por las industrias del sector. LAS GRANDES MARCAS DE COSMÉTICA ocupan todos los posibles espacios de venta y con  los medios de marketing adecuados transmiten las infinitas bondades de sus fabricados.

GRANDES SUPERFICIES con sus ofertas constantes, precios populares, demostraciones de aplicación.

CENTROS ESPECIALIZADOS, Cadenas de Perfumerías, Farmacias, Naturalistas, Franquicias, Exclusividades, Fórmulas Magistrales.

SALONES SELECTIVOS, Envasados originales, marcas personalizadas, formatos lujosos, precios en consonancia.

Todos estos sectores, según sus posibilidades fomentan unas campañas publicitarias en los medios a su alcance, potenciando las imágenes de MODAS, cuidando siempre hasta el mínimo detalles en destacar al máximo que el principal protagonista del evento es EL PRODUCTO POR ELLOS FABRICADO.

Tal situación ha motivado de forma creciente un alto concepto social del CULTO A LA IMAGEN, pero basando, como es lógico, todos los méritos en sus productos.

Toda esta publicidad dinámica y perfectamente organizada ha conseguido como era de esperar un desbordante consumo de cosméticos convirtiendo CADA HOGAR EN UN CENTRO DE BELLEZA.

Naturalmente, la aplicación masiva de cosméticos en el propio hogar hacen que las visitas a los SALONES se reduzcan notablemente.

Los profesionales, tanto de PELUQUERÍA como de ESTÉTICA tienen antes si un NOTABLE RETO PROFESIONAL, insistiendo en transmitir la importancia y calidad de SUS TÉCNICAS PROFESIONALES, siempre superiores a los productos empleados.