Ingenuamente, formulamos esta pregunta, por el resultado que se consigue en los cabellos, sometidos a una intensa exposición solar en épocas veraniegas, cuyo efecto visible es una notable perdida de color, popularmente llamado pelo de panocha, pero técnicamente, conocido como decoloración espontánea.
Por tradición, historia, cultura y acontecimientos milenarios, nuestro acogedor, pequeño y sufrido Mediterráneo, no tiene igual.
Desde el, partieron en el 1536, más o menos, los intrépidos descubridores, que capitaneados por Hernán Cortés y otros de sobrada valentía, descubrieron aquellas tierras. Precisamente las denominaron climáticamente mediterráneas.
Los misioneros que formaban parte de la expedición y dominan ampliamente el latín, dijeron que eran calientes como un horno, Calida-Fornax, y ante ciertas dificultades en su pronunciación cambiaron su denominación a California. Otros acontecimientos, como que estaba habitada solo por amazonas y poseía grandes riquezas en perlas y oro, divulgo unas condiciones paradisiacas a estas remotas tierras bañadas en sus costas por el inmenso océano pacífico.
Modernamente, las series televisivas, y abundantes películas norteamericanas, mostrando los encantos de su naturaleza, así como el de las esculturales bañistas, con inmensas “ melenas” rubias-soleadas, y no menores y sensuales curvas anatómicas, han completado un valioso conjunto de argumentos publicitarios, mostrando a esta extensa región geográfica, como edénica y paradisiaca, capaz de satisfacer todo tipo de apetencias al más exigente de los mortales. Otros atractivos han sido la presencia de unos, musculosos, fornidos, atractivos y esbeltos “vigilantes de sus playas”, que como elemento publicitario han supuesto un importantísimo valor añadido.
Nuestro histórico, cultural y acogedor mediterráneo, es poseedor de aguas cálidas y tranquilas, pero publicitariamente se identifica como placentera estancia invernal, de nuestros “fríos vecinos nórdicos”, que como aves migratorias permutan su gélido invierno, por la tibia belleza de, Benisa, Jávea, Calpe, Altea, y mayoritariamente, en el inmenso y acogedor Benidorm, así como otros espacios de las diferentes poblaciones que se extienden a lo largo de sus costas, otro importante contingente que ocupa idénticos espacios costeros, pero en estaciones diversas, son nuestro amplio colectivo de jubilados, nórdicos y jubilados gozan muy satisfactoriamente, de la riqueza lúdico-turística que atesora esta región, así como la variada y exquisita oferta gastronómica, de la cual todos ellos, en sus prolongadas visitas prodigan generalmente un consumo sobresaliente, nuestra variedad de arroces, fideuas, mariscadas, barbacoas, tapas infinitas, y postres de ensueño, todo bien regado con los espectaculares vinos, de nuestras diferentes regiones.
El muy español tinto de verano, así como la inigualable sangría, cervezas artesanales, e internacionales, aperitivos, licores, combinados, completan una garantía de estancia satisfactoria, en estas bellas e inigualables costas de nuestro mediterráneo, y gozan de un atractivo excepcional.
El cabello es un apéndice epidérmico, cuyas características genéricas son normalmente hereditarias, su presencia y aspecto comportan el valor básicamente decorativo que su poseedor/a le quiera otorgar. Como referente muy generalista, podemos observar gran cantidad de “cabezas rapadas”, moda escasamente rentable para nuestro entorno, por el contrario, para otras personas suponen un preciado tesoro, y sus abundantes y largas melenas consumen para su cuidado o embellecimiento, ingentes cantidades de productos.
Entre los muchos cuidados que los cabellos pueden necesitar, está el de protegerlo de los climas extremos, en especial exposiciones solares, salitre marino y cloro de las piscinas. Los efectos producidos por estas causas siempre han sido los mismos. Aclarado del color, sequedad, perdida de brillo, aspecto pajizo, “apanochado”. Tal situación preventiva, la hemos divulgado ampliamente y nuestra recomendación ha consistido en interpretar adecuadamente las modas o tendencias, aconsejando el que durante las épocas “veraniegas”, se evitase aplicar en los cabellos, productos “oxidantes enérgicos”, composición “básica” de cualquier componente que oficialmente aclare los cabellos, bien sea en forma de “mechas” o resto de la cabellera en general.
Por el contrario, la salud capilar se beneficia muy generosamente de colores suaves, mínima oxidación y máxima hidratación. Servicios adecuados en estas épocas consisten en beneficiosos baños de color. Peluquería, profesión bella y creativa, pero sometida actualmente a tremendas campañas publicitarias, minimizando la creatividad técnica y, por el contrario, exagerando las maravillosas bondades de unos productos fáciles de aplicar siempre en el propio hogar.
En anteriores artículos hacemos referencia a estas invasiones publicitarias, sabiamente divulgadas por consumados especialistas. Saben encontrar las frases y definiciones más impactantes, para conseguir sus objetivos comerciales.
Nuestra “ingenua pregunta” al iniciar estos comentarios, aclara la habitual reflexión sobre, el porqué de las cosas. “mechas mediterráneas” o “mechas californianas”, provocan en el cabello efectos físicos y estéticos idénticos. Publicitariamente el impacto universal de “californianas” marca el atractivo diferenciador de las “bellezas físicas” del gran pacífico, con las bellezas gastronómicas, de nuestro encantador mediterráneo.
Cosméticos, ¡¡¡¡un mundo de ilusión!!!! también de fantasía, y ¡¡¡¡descarada manipulación!!!! Objetivo fundamental de los grandes fabricantes de cosméticos, consumo ilimitado de productos, promesas de resultados fabulosos, y al mismo tiempo, minimizar cualquier técnica profesional.
Los profesionales deben de interpretar los mensajes publicitarios y en consecuencia transmitir adecuadamente a cada una/o de sus clientes/as, las auténticas necesidades de sus cabellos, basadas siempre en la calidad superior del servicio, sobre la del producto utilizado.
Como siempre, exponemos nuestras opiniones, respetando a cuantas partes puedan sentirse aludidas, pero basadas en los muchos años que llevamos observando la evolución de estas creativas profesiones de peluquería y estética.
Reflexiones que modestamente expone Manuel Badia Aragonés.